
The Line merece una reflexión… larga
El adjetivo ‘sostenible’ sufre una cierta inflación… pérdida de valor. En Saudí Arabia ha empezado hace unos meses la construcción de The Line, como parte de la ciudad futurista NEOM al borde del Mar Roja. El príncipe heredero Mohammed bin Salman anunció en 2021 que esta ciudad tendrá 9millón de habitantes, que vivirán dentro de una construcción con las siguientes características: amplitud 200m, altitud 500m, longitud 170km, con paredes laterales reflejantes y la ciudad será también sostenible.
Tal vez ya habéis oído hablar de este proyecto, porque da para hablar. Por eso mismo, y también porque varios arquitectos barceloneses se han implicado en ello, la asociación de arquitectos senior organiza este jueves, 1 de junio, en café l’Opera en la Rambla 74 a las 19.00 el debate “Urbanismo extremo, NEOM en el desierto” en el cual participarán entre otros Borja Ferrater de OAB y Xavier Aguiló de SOCOTEC, quienes hablarán sobre cómo es ejercer de arquitecto en este pais con tantas contradicciones. La entrada es libre y también se puede seguir por ZOOM (ID de reunión: 830 5913 3278 / Código de acceso: 409187).
Se puede decir mucho sobre la idea de que esta ciudad recibirá toda su energía de fuentes renovables y que la Inteligencia Artificial será la garantía de calidad de vida para los habitantes. Pero la tecnología no puede solucionar todo y tampoco se puede, mediante el uso de energías renovables, compensar cada impacto negativo.
Existe el ejemplo de la ciudad MASDAR, que desde hace unos 15 años se está construyendo en Abu Dhabi bajo supervisión de Norman Foster y sobre la cual Roser Amadó ya hizo una reflexión en aquel momento. Los proyectos son comparables por su contexto (socio-económico, paisajístico) y por sus pretensiones, que van en contra de todo sentido común. Quien aún tenía la esperanza que la colaboración de Norman Foster podría dar un poco de interés a semejante despropósito, solo hace falta leer este reportaje en El País para confirmar que lo que era previsible efectivamente está pasando. (…por cierto: Norman Foster también estaba inicialmente en el Board de NEOM, pero después de que Mohamed bin Salman hizo descuartizar el periodista Jamal Kashoggi, renunció a su implicación.)
Que falla entonces en este tipo de proyectos? En B01 no estamos en contra de ideas visionarias y sabemos que tienen su utilidad, sobre todo en momentos como ahora, cuando hay que transformar nuestra sociedad de manera profunda por las nefastas consecuencias que el sistema socio-económico esta causando en nuestro planeta. Pero tanto MASDAR como NEOM pretenden que el problema de la sostenibilidad se puede afrontar con más… y más y más: más consumo energético, más construcción, más transporte a una velocidad de 500km/h. La universidad de New South Wales ha calculado que las emisiones asociadas a la construcción serían de 18 giga-toneladas de CO2 porque semejante estructura no se puede construir con materiales de bajo impacto y sobre este hecho los proyectistas no se pronuncian. Es una falta de rigor, que hace que la sostenibilidad de The Line se convierte en un farol.
Nos hemos enfocado en el aspecto tecnológico, algo que para la eminente descarbonización de nuestras sociedades será un factor clave. Y no hemos indagado en temas medioambientales y sociales, como el hecho que el frágil paisaje del desierto quedará alterado y que la tribu local de los Huwaitat ha tenido que ser desplazada cuando empezaban los trabajos de excavación de The Line. Pero tanto por la ciega confianza en tecnología como por la ceguera social y medioambiental, se debería parar este proyecto ya. Lo hablamos este jueves, si os parece.