
Exposición Bosch Aymerich en el COAC: una oportunidad perdida
Solemos hablar de arquitectura sostenible en este blog y por lo tanto puede parecer extraño que esta vez tratamos una exposición que se puede ver en estos momentos en el COAC, dedicada a la obra de Josep Bosch Aymerich. Pero visitar esta exposición es a la vez también revisar la critica de la arquitectura, tal como la ejerce nuestro colegio hoy en día.
Bosch Aymerich era sin duda un personaje extraordinario. Alumno excelente que combinaba ingeniería, arquitectura y empresariales, se fue a estudiar en MIT, donde hizo un máster de dos años en uno solo. Vuelto a su tierra natal, supo utilizar sus contactos americanos, tanto en su actividad empresarial como en la arquitectura. Su estudio hizo proyectos para clientes como la SEAT, US Army y grandes empresas Españolas, como el banco de Madrid y Cia. Anadaluza de Minas. Ademas se involucro en proyectos de ocio y turismo como el hotel Cap Sa Sal en Begur y la estación de esquí Masella, de la cual el fue fundador y propietario.
La exposición muestra los de dibujos de un visionario, huella de una época llena de progreso y optimismo. Su propuesta por edificaciones en el lado sur de Montjuïc es sin duda interesante, sobre todo mirando con perspectivo histórico y pensando en el proyecto Blau Ictinea. Vemos proyectos elegantes como el edifico Toblerone en Almeria y sus propuestas para el triángulo Pelayo-plaça Catalunya-Bergara.
Pero ya en la elección del material expuesta se detecta que algo no cuadra. Porque no hay fotos? Solo vemos maquetas y planos… Como están estos edificios ahora? En la documentación gráfica parecen bastante ‘time-less’, pero de verdad lo han sido? Y obviamente se presenta la gran pregunta: como ha sido posible plantear una intervención como el enorme hotel en Begur, en primera linea de mar, con todo su impacto en paisaje y ecosistemas? El hotel aún está… Pues, que aspecto tiene? Y como se relaciona con su contexto en el año 2018?
No es justo juzgar proyectos de hace medio siglo con los valores de hoy, pero tampoco es oportuno que el Col·legi d’ Arquitectes de Catalunya no aprovecha la exposición sobre este hombre tan polifacético para hacer una reflexión sobre los valores arquitectónicos de entonces en relación con los de ahora. En realidad se ha tratado su obra como una mera pieza museística, mientras que un hombre emprendedor como Bosch Aymerich seguramente hubiera querido ir más allá y explorar más.