
Arquitectura moderna: una historia de calentamiento planetario
Lo que consideramos el inicio de la arquitectura moderna, marcado por la construcción con hierro, hormigón armado, ascensores y aires acondicionados, coincide con el inicio del proceso de calentamiento de nuestro planeta. Obviamente está relacionado con el hecho que en aquel momento tuvo lugar la revolución industrial, que conllevaba el consumo de la combustibles fósiles y un crecimiento de la población inédito hasta la fecha. Pero no deja de ser oportuno de hacer una reflexión sobre lo que define la arquitectura moderna y en qué medida esto ha sido (y sigue siendo) causa del cambio climático.
Las reflexiones de Hans Ibelings, the Architecture Observer, vienen siempre camuflados. Más que opiniones o interpretaciones, nos suele presentar enciclopedias, catálogos en forma de una rigurosa investigación de temas concretos, información acumulado por un historiador, que en realidad se dedica únicamente a la recogida de datos. Procura no quedarse solamente con las publicaciones más sofisticadas, donde se repiten siempre los mismos nombres de arquitectos, ya demasiados conocidos. Ya al fundar la revista A10 en 2004 abrió el abanico a las obras interesante de profesionales con menos fama pero con el mismo talento. Como explicó en la conferencia que dio en Sant Pau el pasado mes de marzo dentro del marco del año Domènech i Montaner, es esta masa de producción arquitectónico que define y consolida el una época.
Desde su posición como profesor en la Universidad de Toronto el historiador Ibelings ha indagado en lo que se ha construido, diseñado, publicado y concebido en clave arquitectónico/paisajístico desde Etienne Boulée y Alexander von Humboldt a finales del siglo XIX hasta Wiliam Mc Donough y Simón Velez al principio del siglo XXI en un libro igual de compacto como denso: Modern Architecture: a Planetary Warming History. Clasificados por temas como tecnologia, clima, urbanidad resume de manera escueta centenares de proyectos que, cada uno en su manera, tienen un impacto sobre el clima del planeta y sobre la faz de la tierra. Unos buscan reducir este impacto, otros lo pretenden reducir. Unos documentan y proponen, otros tienen un impacto enorme y pasan del asunto. Pero todos están allí como ejemplo de cómo la arquitectura moderna, y por lo tanto los arquitectos de ahora, no podemos abstenernos de la discusión sobre el calentamiento planetario.
En cuestiones complejas es imprescindible mirar con tranquilidad los mil lados de cada asunto. Reducir discusiones a “madera: si / hormigón: no” es demasiado simplista (… aunque justamente en este caso sí estamos bastante convencidos en B01… pero bueno…. ehm… digamos “hidrogeno: si / gas natural: no”) y no nos ayuda para acercarnos a las verdaderas soluciones, que solo se descubren a modo de prueba y error y progreso lento. El repaso que nos presenta Ibelings crea esta perspectiva tan necesaria en este momento convulso. Es un libro que os aconsejamos mucho.