
Actuaciones en el Centro histórico de Lleida
créditos
Localización: Lleida
Promotor: Generalitat de Catalunya; Ayuntamiento de Lleida; Incasol Años de proyecto: 1982 (Plan Especial, Muro y Torre de ascensores); 1985 (Parque Màrius Torres); 1990 (Colegio Cervantes); 1997 (28 viviendas y aparcamiento El Roser)
Obra: 1983-1985(Plan Especial, Muro, Torre de ascensores y Parque Màrius Torres); 1995 (Colegio Cervantes); 2001 (El Roser)
Superficie total: aprox. 10.000 m²
Longitud muro: 500 m
Premios: Premio Nacional de Urbanismo 1985 (Plan Especial); Nominados por el Premio San Pedro de Alcántara (Muro y Torre); Seleccionado para la Segunda Bienal Española 1992 (Colegio Cervantes)
Localización
descripción
La ciudad de Lleida tenía un cáncer urbano en su Centro Histórico, fruto de las continuas guerras que, desde el siglo XV, la asediaron hasta la Guerra Civil Española. El año 1950, la antigua Seu aun conservaba el testimonio de su uso como cuartel, y la destrucción y la marginalidad circundaban esta joya de la arquitectura medieval. Ya en tiempos de la democracia, llevaron a la adjudicación del correspondiente concurso y encargo del Plan especial del Centro Histórico a un equipo formado por los arquitectos J. Busquets, R. Amadó, Ll. Domènech y R. M. Puig, el economista Carles Kinder y el abogado Tomás Pou. La idea básica del Plan, inspirada por Joan Busquets, fue llevar en paralelo el desarrollo del Planeamiento y la redacción de un proyecto singular, tutelado por la Administración, que sirviese para dinamizar la operación general y animar al capital privado. Este proyecto se centraba en el área conocida como el Canyeret. Hace falta imaginar inicialmente el Canyeret como un terreno abandonado, sin calles ni infraestructuras, con una pendiente muy fuerte de detritus de arcilla que, a la primera lluvia, iban a parar a la plaça de Sant Joan. La radical idea fue cortar la pendiente con un muro de contención para obtener un “solar útil” a una cota próxima a la plaza de Sant Joan. Esta franja obtenida permitía asentar los equipamientos deseados y, además, posibilitaba edificabilidad suplementaria a las construcciones de iniciativa privada de primera línea de la plaza, todo esto conectado por un vial que aseguraba el acceso. Para la conexión directa peatonal entre viales interiores y la Seu, se prefirió un ascensor sobre otras alternativas. Dibujar un trazado del futuro muro en tramos rectos mimetizaba la línea de la muralla del siglo XVIII y, por lo tanto, alteraba la lectura del conjunto monumental. Decidimos hacer una trazado curvo, siguiendo el instinto aproximado de las curvas de nivel, lo cual daba una altura variable al muro, que en la zona de poniente disminuía y se articulaba para dar lugar a un vial de conexión rodada entre la parte alta y baja del Canyeret.