
Agua
Este año estamos viviendo en España una sequía de proporciones dramáticas. El agua es un recurso escaso y la falta de lluvia ha hecho que los pantanos, en los cuales se guarda nuestra reserva de agua potable, están bajo mínimos. Y esto se hace notar: las fuentes de la ciudad se han parado, en los parques se riega selectivamente, no hay duchas en la playa y según qué piscina no se puede llenar. Seremos los primeros en admitir que esto no nos altera nuestro día a día, y que son problemas de lujo comparado con lo que está pasando en otros partes del mundo. Pero también en Catalunya esto es una primera señal que algo muy grande está pasando. Porque la verdad es que la crisis del agua es muy grande.
Es muy grande por un lado porque ha caído muy poca lluvia y por otro lado porque estamos acostumbrados a malgastar el agua de manera vergonzosa. Este informe de Greenpeace ya indica que sobre toda la agricultura de regadío consume unas cantidades de agua que son insostenibles y que los verduras y hortalizas se producen allí sirven a un sistema económico, tal vez rentable desde el punto de vista del lucro pero absolutamente ineficiente desde el punto de vista de gestión de recursos. Porque se basa en un modelo comercial globalizado que vende alimentos sin tener en cuenta ni estaciones ni regiones: kiwis de New Zealand mientras que estos crecen también en Asturias, y fresas todo el año… y ni hablamos la ganadería. Pues allí se va 78% del agua de España.
Pero miramos también nuestro oficio, porque en España se consume 16% del agua en los edificios en esto también es una parte muy considerable. Como arquitectos tenemos que buscar por un lado maneras de construir que requieren menos agua durante el proceso de la propia obra. Y después hay que procurar que diseñemos nuestros proyectos, los edificios y también sus entornos, de tal manera que para vivir y trabajar allí de manera confortable no se necesita mucho agua. Se trata no solo de la elección de equipamiento sanitario que funciona bien con pocos litros por descarga. Esto es un primer paso y es muy importante. Pero también hay que ver qué pasa cuando el agua una vez que salga de nuestros edificios. Allí hay que intentar de respetar al máximo el ciclo del agua, es decir: evitar que el agua vaya al alcantarillado pero que vaya hacia el propio terreno de la parcela para infiltrar al subsuelo. Hay que evitar espacios públicos impermeabilizados y hay que separar agua de lluvia reutilizable de aguas grises y fecales. Y entre estas últimos dos también se puede ver, según cada proyecto, si es posible reciclar los grises. En nuestro proyecto residencial del edificio Londres ya estamos trabajando en aspectos relacionado con el agua y tenemos más proyectos sobre la mesa donde intentamos de procurar que el agua corre por allí donde debe ir. Y en el entorno construido esto es: hacia la naturaleza, para que vuelva a los acuíferos después de haber pasado por la vegetación del sitio. una mejor gestión del agua es una necesidad urgente.